Una larga Vida

Para tener una vida larga solo necesitamos dejar la necedad a un lado.

La pregunta es ¿Podemos llegar a ser centenarios, creando un nuevo cambio en nuestro estilo de vida? Pienso que es posible y real si dejamos de creer ciegamente en gente que no son capaces de mostrar resultados. La capacidad de mantenernos jóvenes e incluso la de regenerarnos, está en nosotros y podemos reprogramar nuestras células y reducir los factores de riesgo de muchas enfermedades con planes de alimentos correctos.

“La diabetes, las patologías cardiovasculares y autoinmunes, el alzhéimer o el cáncer, pueden llegar a prevenirse por medio de un régimen alimentario que reduzca los factores de riesgo asociados a dichas dolencias, basado en los hábitos de la población más longeva del mundo”.

Una vida dedicada a prolongar la vida

Recuperar y mantener un cuerpo sano y cumplir más de 100 años es posible y están en muestras manos, siguiendo un programa alimentario, correcto, de dos o tres comidas al día repartidas entre 12 horas, y varios ayunos al año, sumado a una serie de recomendaciones de ejercicio físico. Debemos tomar en cuenta nuestro sistema nervioso para poder determinar el tipo de alimentos que nos favorecen y hecho esto solo falta tener la disciplina para ejecutarlas. La alimentación correcta son un viaje sin retorno a consumo de productos que mejoran nuestra genética y nuestra biología. Solo nuestros genes controlan la protección celular y las células madre la regeneración. Para tener éxito en esta tarea hay que tomar en serio comer lo que nos favorece según nuestro sistema nervioso. El autocontrol es importante y el conocimiento es la llave para la toma de decisiones correctas cada día de nuestra vida.

Es necesario el autocontrol para evitar el sobrepeso que será parte del problema si no tenemos un manejo responsable de nuestras azucares o mejor dicho los niveles de glucosa en sangre.

Este es un resumen de las recomendaciones y que se pueden seguir con el asesoramiento de un médico o nutricionista:

  1.  Adopte una dieta que se base en la inclinación de su sistema nervioso, que se acerque en lo posible a alimentos de origen vegetal, añadiendo pescado, limitándolo a dos o tres comidas semanales, y sin abusar, porque algunos pescados contienen mucho mercurio, por ejemplo el atún o el pez espada.
  2. Reduzca al mínimo las grasas procesadas y los aceites vegetales poliinsaturados, así como las hidrogenadas y ‘trans’, y los azúcares simples (sin eliminar o sustituir el azúcar en el té o el café, porque no merece la pena).

El consumo de azúcar no debe ser mas de 6 o 8 gr por día.

  • Consuma judías, garbanzos, guisantes y otras legumbres como fuentes de proteínas combinadas con carnes de ganado de pastura o forraje natural. Las carnes blancas siempre son una fuente correcta al igual con alimentación natural para evitar concentración de antibióticos o residuo de medicamentos.
  • Hasta los 65 años o 70 años no debemos perder demasiada masa muscular pues será difícil recuperarla mas adelante.
  • Consuma grandes cantidades de carbohidratos complejos que se encuentran, por ejemplo en el tomate, brécol, zanahoria o legumbres, entre otros.
  • Ingiera cantidades relativamente altas de aceite de oliva y aceite de coco (50-100 mililitros diarios) y un puñado de nueces, almendras o avellanas, consumiendo un tipo distinto cada día.
  • Coma pescado y marisco con alto contenido de omega 3 y 6, y/o vitamina B12 (salmón, boquerones, sardinas, bacalao, dorada, trucha, almejas, gambas) al menos dos veces por semana.
  • Siga una dieta rica en vitaminas y minerales, completándola dos o tres veces por semana con un suplemento multivitamínico y multimineral completo y de alta calidad.
  • Coma en un intervalo de doce horas diarias, empezando después de las 8 y acabar antes de las 20, o después de las 9 y antes de las 21.
  • Evite ingerir nada tres o cuatro horas antes de acostarse.
  • Haga ciclos de cinco días de la Dieta que Imita al Ayuno (DIA), cada uno a seis meses, según las necesidades y el consejo del médico o nutricionista. La DIA, descrita en el libro “ El poder del Metabolismo” de Frank Suarez.
  • El número de comidas diarias (dos o tres) se decidirá en función del peso corporal y el perímetro abdominal, para mantener a ambos bajo control debe asesorarse con un profesional.
  • Las personas con un peso normal y que tienden a perder peso, es aconsejable que hagan las tres comidas normales, además de una merienda de 100 calorías con bajo contenido en azúcares (menos de 3-5 gramos).
  • Coma eligiendo los ingredientes de entre los que comían nuestros antepasados, es decir nuestros padres, abuelos y bisabuelos.

Consuma grandes cantidades de carbohidratos complejos que se encuentran, por ejemplo en el tomate, brécol, zanahoria o legumbres, entre otros.

Optimizar el ejercicio para vivir más y mejor

“¿Qué tipo de ejercicio es óptimo para la salud y la longevidad? El que prefiramos, pero también el que podamos incorporar fácilmente a nuestra vida diaria y seguir haciéndolo hasta los cien años o más.

  1. Practique la caminata veloz por lo menos una hora diaria, por ejemplo yendo a pie a donde normalmente vamos en coche o eligiendo un bar o restaurante que esté a 15 minutos a paso rápido del trabajo y yendo allí dos veces al día.
  2. Haga bicicleta (convencional y estática), carrera o natación durante 30-40 minutos diarios en días alternos, y dos horas el fin de semana.
  3. Lo ideal es hacer un total de 150 a 300 minutos semanales de ejercicio moderado, con algunos momentos de ejercicio intenso.
  4. Use los músculos en lugar de las escaleras mecánicas y los ascensores un que tenga que subir muchos pisos.
  5. Durante el fin de semana trate de hacer largas caminatas, evitando las zonas contaminadas.
  6. Haga ejercicios, con o sin pesas, para reforzar los músculos, tomando después comidas que contengan 30 gramos de proteínas en caso de haber entrenado con pesas.

Los cambios que pueden ser difíciles para algunas personas, como comer niveles bajos de carne” o la eliminación de hábitos perjudiciales.

Hay que propone cambios que son relativamente fáciles, como “comer más alimentos y menos pan, arroz y pasta, reemplazando estos con más legumbres”, alimentarse dentro de un lapso de doce horas diarias, o realizar una dieta que imita al ayuno solo 2-3 veces al año durante 5 días.

“Cada persona tiene que decidir qué cambios en su alimentación puede o no puede incorporar a su vida, pero incluso las modificaciones relativamente pequeñas pueden marcar una diferencia en su salud”.

Por Ing. José J. Rivera Rivera

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